Que aparezcas
de repente y sin previo aviso mientras
huelo las húmedas esquinas de los perros
que se bañan en el reflejo verde del asfalto,
que piso con los ojos horizontales desde tres metros voladores,
y de súbito
un sueño se pasea por delante,
con colores, campanillas retazos navideños y un intenso olor
a violines, limítrofes de lo alto,


escuchar la vomitona de los habitantes profundos...


...y ellos que se acarician las manos en secretos compases programados,
y ellas que protegen los bordillos ancestrales cual guardianas de cientos de vidas
en lo más vasto de sus pozos negros

y huele a húmedo
tan profundamente que podría aflojar los engranajes de todas las piezas que componen este cuerpo, éste vehículo, para irlas desperdigando, señalando cada punto mágico de este camino de mis ojos,
desgranarme pues en un recorrido de pequeños cliks,
con el insondable ruido sordo de las cataratas
que retumba en las cuevas de la máquina-habitáculo.


en los ojos la lengua de las ranas
en la casa, huracanes de belleza

3 pellizcos:

Raisa Maudit | 5 de noviembre de 2009, 13:10

Me gustan mucho tus textos!

MO RANSAR | 6 de noviembre de 2009, 0:44

gracias! ñ_ñ

Anónimo | 3 de diciembre de 2009, 18:09

Muy bonito todo.

Fdo: Hopositor